Una peli, mejor dos.
Esta primera, Tenemos que hablar , fue une elección totalmente casual en Netflix, había tenido un mal día, no quería irme a la cama de mal humor y nos pusimos a verla, es una comedia y no tiene mucha miga (o sí, por el tema de la crisis y cómo se plantea), Michelle Jenner (otra vez) y Hugo Silva, que junto con Ernesto Sevilla (de Muchachada Nui) y una Verónica Forqué que para mí siempre es un acierto, hacen que no paremos de reír durante la hora y media que dura la película. Es una comedia de enredo muy divertida en la que el ritmo no decae en ningún momento.
Totalmente distinta, La teoría del todo, que vi ayer en v.o.s. nos cuenta la vida del recientemente fallecido Stephen Hawking, basada en una novela escrita por Jane, su primera mujer. A mí me gustó mucho, quizás se eche de menos un poco más de ciencia, pero para eso están sus libros y hay documentales. Me gustaron la historia, los actores (recordemos el papel de Eddie Redmaine en La chica danesa), la fotografía, los escenarios, el vestuario, la música. Si en la anterior me reí, con esta estuve pañuelito de papel en mano durante mucho tiempo.
Un documental
Está disponbile en Netflix y está muy bien. Me gustan las distintas perspectivas desde las que aborda el minimalismo. Mi profe de yoga lo envío al grupo de WhatsApp y lo vi este fin de semana. Invita a la reflexión. En mi caso, por ejemplo, me evalúo y me doy cuenta de en qué cosas voy por el buen camino y en cuáles no, aunque eso es algo muy personal, y por ejemplo, en esta evaluación tengo en cuenta mis criterios y mis principios.
En esta línea, sé que en mi casa hay muchos libros, míos y del costillo, y aunque leo mucho en el Kindle, también tengo muchísimos libros en papel, de muchos de los cuales sé que no me voy a deshacer. Pero sí es cierto que ahora compro y vendo mucho libro de segunda mano, intercambio, y aunque tenga muchos, trato de mantener aquellos que sé que voy a releer, consultar, o que son muy bonitos (libros ilustrados) y/o tienen un valor sentimental.
En casa se recicla todo y se lleva a su correspondiente contenedor, pero de un tiempo a esta parte estoy además tratando de reducir residuos, que es igual de importante, e intentando reducir al mínimo posible el uso de plásticos.
Sobre la ropa, creo que no soy una pesona muy gastosa en eso, y aún así, a mí me parece que tengo mucha, he vuelto a poner orden en mi armario, ahora todo está más claro, eso me permite ver tanto las carencias como las repeticiones, saber qué necesito y ponerme siempre ropa que me gusta, entre otras cosas porque es la única que he dejado en el armario. No me gusta comprar en tiendas de las que conozco de antemano que sus productos no están hechos de forma muy ética, pero esto realmente se hace muy complicado. Por ejemplo, no hace mucho compré (picada por un blog) un pantalón en una de esas páginas donde la ropa viene de China, y luego me sentí mal. Pero es cierto que China es el almacén del mundo a estas alturas, y sea por esa página o vaya a Zara o al Corte Inglés, al final casi toda la ropa viene del mismo sitio. Durante bastante tiempo sólo he comprado ropa hecha en España, y ahora me entero de que la hermana de una amiga trabaja como costurera aquí en España, sus jornadas son interminables y su salario y condiciones laborales una mierda (sí, lo diré así, con todas las letras) y la ropa que confecciona lleva la etiqueta de "Hecha en España", pero no es garantía de nada. Tambíen he visto en redes gente que se dedica a esto de vender moda sostenible, luciendo prendas de tiendas donde la moda es de todo menos sostenible, no es una crítica (
Todo esto iba a que estoy lejos de ser minimalista, pero según lo que cada uno entienda por minimalista, tengo muchos bolsos y muchos zapatos, aquí sí me planteo reducir, y en el resto y poco a poco iremos viendo.
Para mí lo más imporante es disfrutar más del tiempo de ocio e invertir en viajes y experiencias que en bienes materiales que se acumulan en casa en forma de trastros y sembrando el caos.
Un libro
No es de los que suelo recomendar, pero el libro de Andrea Amoretti me ha llegado bastante, yo que lo leía un poco esceptica, lo reconozco, quizás porque iba más buscando un libro que hablase de ropa, de ordenar armarios, de conjuntar prendas, de qué básicos tener en el armario, y el libro de Amoretti, aunque sin duda va sobre el estilo, va mucho más allá de ello y está lleno de reflexiones, muchas de las cuales yo, como mujer, necesitaba oír en este momento. Con esto quiero decir que a lo mejor no tiene por qué gustarte a ti, pero también es una invitación porque quizás te pase como a mí y descubras un libro que además de bien escrito reflexiona mucho sobre la felicidad sin llegar a ser un libro de autoayuda. Creo que no he aclarado mucho, pero está lleno de citas interesantes, de pistas de estilo y de psicología femenina.
Esta semanita he tenido algún que otro bajón, pero estos son los modos en los que lo he solucionado:
- Metiédome en la cocina y disfrutando de hacerme un bizcocho rico.
- Volviendo a los libros de Harry Potter.
- Tomando una rica infusión.
- Invitando a una amiga a desayundar o a merendar.
- Escuchando música.
- Viendo cualquier chorrada que me haga reír.
De un tiempo a esta parte esos son mis antídotos para no entrar en bucle en la tristeza, y vosotros, ¿Cuáles son vuestros antítodos? ¿Qué hacéis cuando tenéis un día de bajón? Ojo, que a veces, también hay que permitirse estar mal y llorar, pero tampoco podemos coger cariño al hoyo.
Feliz semana.