lunes, 16 de abril de 2018

EL TÉ DE LOS LUNES V

Un poco tarde para tomar un té sin que nos quite el sueño, pero aquí estoy. Ayer divagaba sobre aquello que iba a escribir hoy, pero eso fue ayer, y hoy, que he pasado el día cosiendo (un proyecto que tenía muy abadonado, por cierto) y eso me ha servido de yoga mental, pues me apetece más haceros algunas recomendaciones sobre cosas que he visto y/o leído en la última semana.

Una peli, mejor dos. 


Esta primera, Tenemos que hablar , fue une elección totalmente casual en Netflix, había tenido un mal día, no quería irme a la cama de mal humor y nos pusimos a verla, es una comedia y no tiene mucha miga (o sí, por el tema de la crisis y cómo se plantea), Michelle Jenner (otra vez) y Hugo Silva, que junto con Ernesto Sevilla (de Muchachada Nui) y una Verónica Forqué que para mí siempre es un acierto, hacen que no paremos de reír durante la hora y media que dura la película. Es una comedia de enredo muy divertida en la que el ritmo no decae en ningún momento.


 Totalmente distinta, La teoría del todo, que vi ayer en v.o.s. nos cuenta la vida del recientemente fallecido Stephen Hawking, basada en una novela escrita por Jane, su primera mujer. A mí me gustó mucho, quizás se eche de menos un poco más de ciencia, pero para eso están sus libros y hay documentales. Me gustaron la historia, los actores (recordemos el papel de Eddie Redmaine en La chica danesa), la fotografía, los escenarios, el vestuario, la música. Si en la anterior me reí, con esta estuve pañuelito de papel en mano durante mucho tiempo.

 Un documental 


 Está disponbile en Netflix y está muy bien. Me gustan las distintas perspectivas desde las que aborda el minimalismo. Mi profe de yoga lo envío al grupo de WhatsApp y lo vi este fin de semana. Invita a la reflexión. En mi caso, por ejemplo, me evalúo y me doy cuenta de en qué cosas voy por el buen camino y en cuáles no, aunque eso es algo muy personal, y por ejemplo, en esta evaluación tengo en cuenta mis criterios y mis principios.
En esta línea, sé que en mi casa hay muchos libros, míos y del costillo, y aunque leo mucho en el Kindle, también tengo muchísimos libros en papel, de muchos de los cuales sé que no me voy a deshacer. Pero sí es cierto que ahora compro y vendo mucho libro de segunda mano, intercambio, y aunque tenga muchos, trato de mantener aquellos que sé que voy a releer, consultar, o que son muy bonitos (libros ilustrados) y/o tienen un valor sentimental.
En casa se recicla todo y se lleva a su correspondiente contenedor, pero de un tiempo a esta parte estoy además tratando de reducir residuos, que es igual de importante, e intentando reducir al mínimo posible el uso de plásticos.
Sobre la ropa, creo que no soy una pesona muy gastosa en eso, y aún así, a mí me parece que tengo mucha, he vuelto a poner orden en mi armario, ahora todo está más claro, eso me permite ver tanto las carencias como las repeticiones, saber qué necesito y ponerme siempre ropa que me gusta, entre otras cosas porque es la única que he dejado en el armario. No me gusta comprar en tiendas de las que conozco de antemano que sus productos no están hechos de forma muy ética, pero esto realmente se hace muy complicado. Por ejemplo, no hace mucho compré (picada por un blog) un pantalón en una de esas páginas donde la ropa viene de China, y luego me sentí mal. Pero es cierto que China es el almacén del mundo a estas alturas, y sea por esa página o vaya a Zara o al Corte Inglés, al final casi toda la ropa viene del mismo sitio. Durante bastante tiempo sólo he comprado ropa hecha en España, y ahora me entero de que la hermana de una amiga trabaja como costurera aquí en España, sus jornadas son interminables y su salario y condiciones laborales una mierda (sí, lo diré así, con todas las letras) y la ropa que confecciona lleva la etiqueta de "Hecha en España", pero no es garantía de nada. Tambíen he visto en redes gente que se dedica a esto de vender moda sostenible, luciendo prendas de tiendas donde la moda es de todo menos sostenible, no es una crítica (o sí)  es simplemente que es muy difícil salir del sistema, aunque yo trato de hacer lo que buenanmente puedo.
Todo esto iba a que estoy lejos de ser minimalista, pero según lo que cada uno entienda por minimalista, tengo muchos bolsos y muchos zapatos, aquí sí me planteo reducir, y en el resto y poco a poco iremos viendo.
Para mí lo más imporante es disfrutar más del tiempo de ocio e invertir en viajes y experiencias que en bienes materiales que se acumulan en casa en forma de trastros y sembrando el caos.

Un libro 

No es de los que suelo recomendar, pero el libro de Andrea Amoretti me ha llegado bastante, yo que lo leía un poco esceptica, lo reconozco, quizás porque iba más buscando un libro que hablase de ropa, de ordenar armarios, de conjuntar prendas, de qué básicos tener en el armario, y el libro de Amoretti, aunque sin duda va sobre el estilo, va mucho más allá de ello y está lleno de reflexiones, muchas de las cuales yo, como mujer, necesitaba oír en este momento. Con esto quiero decir que a lo mejor no tiene por qué gustarte a ti, pero también es una invitación porque quizás te pase como a mí y descubras un libro que además de bien escrito reflexiona mucho sobre la felicidad sin llegar a ser un libro de autoayuda. Creo que no he aclarado mucho, pero está lleno de citas interesantes, de pistas de estilo y de psicología femenina.


Esta semanita he tenido algún que otro bajón, pero estos son los modos en los que lo he solucionado:

 - Metiédome en la cocina y disfrutando de hacerme un bizcocho rico. 
-  Volviendo a los libros de Harry Potter.
- Tomando una rica infusión.
- Invitando a una amiga a desayundar o a merendar.
- Escuchando música. 
- Viendo cualquier chorrada que me haga reír. 

De un tiempo a esta parte esos son mis antídotos para no entrar en bucle en la tristeza, y vosotros, ¿Cuáles son vuestros antítodos? ¿Qué hacéis cuando tenéis un día de bajón? Ojo, que a veces, también hay que permitirse estar mal y llorar, pero tampoco podemos coger cariño al hoyo. 

Feliz semana. 

lunes, 9 de abril de 2018

EL TÉ DE LOS LUNES IV

Pasan rápidas las semanas, y parece que la primavera va llegando, aunque a trompicones, a mí me ha traído una alergia de órdago y  la estamos llevando como podemos.

¿Qué os cuento esta semana?

Desde el pasado miércoles soy una infiltrada, vamos, que me inyectaron por fin el hialurónico en la rodilla con el fin de que ésta vaya articulándose como siempre, y que no siga pareciendo un click de playmobil, y en ello estamos. El miércoles por la mañana me pareció estar en la gloria y sentía mi pierna tan liviana, pero sólo eran los efectos de un valium para destensar la musculatura y anestesia en la rodilla, por la tarde el dolor fue brutal, pero desde entonces todo ha ido mejor. Se supone que en una semana empezaré a notar los efectos, no sé si será o no placebo, pero yo me voy sintiendo mejor. Ayer abandoné el reposo recomendado y salí a caminar sin muletas, pero aún es pronto para valorar. Si da los resultados esperados haré un post sobre ello, porque la poca información que busqué por la red dio unos resultados tan catastrofistas que me encantaría poder escribir en positivo sobre ello.


Esta semana estoy haciendo un esfuerzo por estar y encontarme bien, porque tanto encierro y tan poca movilidad (menos mal que están la piscina y la bici estática, junto a algunos ejercicios de rehabilitación), y el hecho de pasar los días a veces en pijama, otras en chándal y con estos malos pelos va haciendo un poco de mella en mí. Pero ayer salimos con el sol, justo después de comer, paseamos por un parque (que recién descubrimos en Marbella) y paseamos por la playa (por el paseo), además de disfrutar de una rica merienda fuera.


Después de cenar vimos en La 2 una peli española de Eduardo Noriega (que para mí ya es un plus) y Michelle Jenner que me gustó, me pareció bastante original y nos diviritió a ambos, Nuestros amantes es el nombre, y si conocéis Zaragoza (yo no) podréis disfrutarla porque toda ella es un recorrido por esta ciudad.

En estos dos últimos días he leído Billie, de Anna Gavalda, que es un libro que en cierta medida me recuerda a Eleanor & Park, aunque sin duda esté último me gustó más cuando lo leí en su día, es más me está apeteciendo volver a leerlo. Dicen de Billie que es una fábula o un cuento de hadas para adultos, personalmente yo la veo más para adolescentes, no significa que no me haya gustado, pero me han entusiasmado más otras obras de Anna Gavalda, igual tiene que ver con que casi todas me las he leído en su versión original, pero Billie no lo encontré. En cualquier caso es un libro que se lee en unas horitas y que deja buen sabor de boca.


Y en la cocina esta semana, además de tortitas para algún desayuno, he vuelto a hacer ramen, que cada vez me sale mejor, hamburguesas de lentejas germinadas y falafel con garbanzos, también germinados, y remolacha. Todo muy rico.

Hoy he recibido en casa el libro de Andrea Amoretti Empieza por los zapatos, sólo he leído las primeras páginas, es un libro sobre estilo, y no me imaginaba comprando algo así, dicho sea de paso, porque mi estilo es bastante personal y voy siempre a lo cómodo y práctico, intentando aportar algo de originalidad. Aunque reconozco que me puede un poco el lado perezoso y la comodidad. Y como no me veo bien en estos días, quizás porque tan poco me siento del todo, pues me dio por ahí, me gusta como Amoretti plantea esto del estilo en sus RRSS, donde la sigo.

También  el Blog de Anita me sirve de inspiración, con sus looks siempre alegres y en los que prima la comodidad. Y es que yo esto de la moda, el maquillaje, el estilo y demás siempre lo he tachado un poco de superficial, o a ver si me explico, me han interesado más otros temas y esto es algo que dejaba de lado. Pero también es muy cierto que ayudarnos a vernos bien por fuera nos ayuda también a estar bien por dentro. Y en esas estamos.

Trato también de mirar este páramo en el que habito con otros ojos, a ver si lo convierto en vergel, como me dijo Conchy, pero la llegada del verano, el calor, la playa y los turistas en tropel no mejoran el panorama, así que aquí sigo pendiente de los destinos defintivos que saldrán allá por mayo, y a ver si soy la agradaciada con un trasado a la ciudad, de la que tantas ganas tengo.

Y voy a empezar lectura, iba a pediros recomendaciones, que se aceptan, a pesar de que tengo bastantes en la recámara, pero creo que nada mejor para cambiarme el humor y pasármelo bien leyendo que el último de Harry Potter, el de las Reliquias de la muerte, aunque me supondrá leer el último, y entonces me quedaran las relecturas y las pelis, que tampoco está mal.

Hasta la próxima.

sábado, 7 de abril de 2018

DEL COLOR DE LA LECHE - NELL LEYSHON

"Desde que me quedé sin dioses, creo ferozmente en las pequeñas coincidencias. Si la coincidencia involucra a un libro, se triplica mi fervor". Esta frase es de Valeria Luiselli en el prólogo de la edición que tengo de este libro. Y si la cito es porque un cúmulo de azares y pequeñas coindicencias son las que hicieron que yo reparara en este libro y que llegara a mí (también gracias a la colaboración de mi amiga Esperanza, del blog Taberna Libraria).

"este es mi libro y estoy escribiéndolo con mi propia mano.
en este año del señor de mil ochocientos treinta y uno he
llegado a la edad de quince años y estoy sentada al lado de mi
ventana y veo muchas cosas."

Mary es una joven muchacha campesina cuya historia transcurre en la Inglaterra del primer tercio del siglo XIX, no es difícil imaginar por tanto las duras condiciones de la vida que le ha tocado en suerte. Con un padre tirano y déspota que solo ve en sus hijas una fuerza de trabajo que le ayuden en el campo, Mary comparte su vida con otras dos hermanas (ningún varón como su padre hubiese querido), su madre y su padre y un abuelo impedido que ya no es útil para las labores agrícolas y por tanto es relegado a vivir apartado, la familia vive esperando a que desaparezca puesto que ya no es productivo. La única que siente amor por su abuelo y que se ocupa de asearlo, proporcionarle alimento o hacerle compañía es Mary.

De toda la familia, Mary es la menos útil para la vida en el campo, pues posee una cojera que le impide ser tan rápida, que no efectiva, como sus hermanas o su madre. Además, en carácter también resulta muy diferente a todo su entorno, pues además de cuestionarlo todo, no tiene pelos en la lengua y dice las cosas tal como las piensa, lo que le granjeará algún que otro problema, sobre todo con su padre.

Todo cambia cuando éste le comunica que debe dejar el hogar familiar para trasladarse a la casa del vicario y cuidar a su mujer enferma. Allí Mary entará en contacto con un entorno muy diferente al suyo, algo que hará que no se encuentre a gusto en un ambiente tan refinado, junto al vicario, su mujere enferma, el hijo de ambos y la criada. No obstante, este cambio servirá a la chica para entrar en contacto con un mundo que hasta entonces desconoce, el de las letras, el de la escritura, el de poder interpretar y contar la realidad que la rodea a través de las palabras. Así es como Mary nos hace partícipe de su historia, narrándonosla en primera persona, con una escritura aún un poco torpe y sobre todo muy simple.

La historia es bastante dura, pero a mí me ha gustado y llegado mucho. Mary es una niña peculiar para su época, junto a su abuelo y la mujer del vicario, son los personajes que más me han gustado de esta historia. Una historia que nos habla del poder de comunicarnos a través de la escritura. Del poder contar historias y dejar testimonio de cuanto nos sucede.

Elias Canetti escribió que en las escasas ocasiones en que las personas logran liberarse de las cadenas que las atan suelen, inmediatamente después, quedar sujetas a otras nuevas, y de eso va este relato.

No sabría explicaros dónde está la belleza que yo encuentro en esta historia, pero es de esos libros que releeré alguna vez y que incluso regalaré. Es de fácil lectura, eso sí, una vez que superas el hecho de que no haya mayúsculas, pues Mary aún no las ha aprendido, cuesta, pero te haces enseguida. Se lee en unas dos o tres horillas y eso sí, os dejará un regusto agridulce, por no decir amargo.

La novela está publicada por la editorial Sexto Piso, y su precio es de 16 €, aunque ya lo compré por Wallapop por bastante menos, gracias a Espe.




martes, 3 de abril de 2018

FAVORITOS DE MARZO - Y OS INVITO A UN TÉ

Me parece increíble, marzo se ma ha pasado en un suspiro, entre reposo, lluvia, rehabilitación, lluvia, piscina, lluvia, lecturas y más lluvia, eso siempre.

Llevo día postergando esta entrada, y si escribir ésta o el té de los lunes (que nunca llega a tiempo), pero en el blog me tomo mi tiempo y mis espacios. Marzo ha sido un mes de reflexión, mucha, de pensarme, de sentirme, y de además de cuidar mi rodilla, tratar de poner orden en esta cabecita mía, y no es fácil, así que en eso estamos. De paso también, y con la llegada de la primavera, ordenando espacios, poco a poco y despacio, que luego vendrá lo dificíl, mantener ese orden. Ayer empecé por el dormitorio y hoy he seguido por el baño, pero me queda aún bastante. No es que quiera ser minimalista, ahora que está tan de moda, creo que eso del minimalismo cada uno tiene que adaptarlo a sí mismo, y lo que yo quiero es conseguir un espacio donde me sienta a gusto, rodearme (y vestirme) de cosas bonitas y ordenadas, dejando espacio para lo nuevo y eliminando o apartando aquello a lo que apenas doy uso. Y sobre todo, donde me sea fácil localizar lo que busco. Que a veces se convierte en una tarea titánica. Paso a paso y poco a poco igual voy consiguiéndolo. Yo no me canso de decirlo, me hace falta una mudanza (aunque el costillo no quiere ni oír hablar de ello, yo lo pido a gritos).

Favoritos de marzo:

- He leído La mirada de los peces, de Sergio del Molino, y me confirmo en que escribe divinamente (a raíz del libro he visto el documental de Jon Sistiaga sobre Aramayona), os lo dejo abajo. Disfruté mucho con Del color de la leche de Nell Leyshon, del que ya os hablé y del que prometo reseña, y Bella del Señor, un novelón de Albert Cohen, que es de esos libros que sólo puede despertar grandes pasiones, como la que se narra en él, o te encanta o lo detestas, yo aún lo digiero, pero prometo reseña.



- Se me acabaron las temporadas de RuPaul's Drag Race, y he venido a sustituirlo (aunque es insustituible) por Queer Eye, un progama donde los Fab 5 (un equipo de cinco chicos gays, cada uno especializado en algún asunto como cultura, gastronomía o belleza) van a cambiarle la vida hasta donde yo he visto a algún señor de la Amércia más profunda, generalmente. Y como serie, me he enganchado a Mindhunter, en la que dos agentes del FBI tratan de profundizar en la psicología de los asesinos, está bastante bien.


- Los días de sol he aprovechado para dejar atrás mi gentofobia y he salido varias veces a comer con los amigos (con mis E), hicimos también con amigos una salida a Medina Sidonia para enseñarles el pueblo y comer en el Restaurante El Castillo, pasamos una jornada muy agradable, incluso la semana pasada organicé una cenita en casa donde lo pasamos muy bien. E y E, son de esos amigos difíciles de encontrar y con quienes siempre y en cualquier circunstancia te sientes a gusto, y tengo además la suerte de tenerlos de compañeros.


- No iba a mi pueblo desde Navidad, y como si la montaña no va a Mahoma ya sabéis lo que sigue pregunté al doctor y me animé a ir a mi pueblo, y de vuelta a Estepona, al del costillo, y pasamos un finde muy agradable, con algunos saraos-celebraciones familiares incluidos, que se acompañaron también con una tarde y una cena con una amiga de la infancia. Y por supuesto pasar tiempo con mis sobris, que muy a menudo ahora también me alegran las tardes con sus videollamadas.

- Y por último, ahí he andado también, a ratos y a días con la costura y con el tricot, que ahora que no puedo ir a yoga físico, son mi yoga mental.

Y esto es todo. Vuelvo pronto con alguna reseña, y a ver qué nos depara el mes de abril.