sábado, 9 de diciembre de 2017

FAVORITOS NOVIEMBRE

Mirando ahora, con perspeciva, noviembre no ha estado nada mal.

- A nivel viajero hemos hecho tres escapadas estupendas:
  • Empezamos el mes en Sevilla, visitando a mi familia, disfruté de ver los Goonies con mis sobris, y de pasear por mi ciudad en otoño, que con la de años que lleva reformada la Plaza de España, tiene delito que no la haya visto hasta ahora.
  • Justo a mediados de mes nos escapamos a Ronda, donde vive la madre del costillo, y disfrutamos de un día de mucho sol, de bonitos paseos y de una comida estupenda (lástima que como obsequio me trajese un resfriado).
  • Y acabamos con una visita a Granada, donde siempre hay que volver. Granada es para nosotros la tierra donde nos enamoramos, donde nos fuimos a vivir juntos, son los amigos, son los paseos, y como reza la canción de Carlos Cano: "Pero ten piedad cadena de mí, si a ti vivo unío no me hagas sufrir Alläh Akbar.. Ay las golondrinas que se lleva el frío al verlas volando de pena suspiro.Y vi mi tierra mi pueblo vi. Mirando a la luna así le decía: lejos de Granada yo me moriría2. De aquí en lugar de con resfriado me vine con una morriña tremenda, y pensando en posibilidades para volver a Granada, que aunque no es mi tierra, la siento como mía.

- He disfrutado, y mucho, de la segunda (y hasta ahora última) temporada de Stranger Things, que aunque no a todo el mundo le ha gustado tanto, a mí sí.

- He cocinado mucho y rico, y he hecho un curso con Iván, de Nutrición Esencial sobre cocina en olla lenta, y me lo he pasado muy bien, a la vez que me ha servido para tener comidas listas para estas últimas semanas que han sido un poco de locos. Quizás un día me anime y haga un post sobre mi tándem perfecto: Thermomix y Crockpot (olla de cocción lenta).


- Y justo a tiempo de terminar el curso, el costillo me sorprendió regalándome el libro que acaban de sacar a la venta estos chicos de Nutrición Esencial. Un plus para seguir experimentado.


- Y no quiero acabar, sin recomendar otro libro, una novela, esta vez, la de Ignacio Martínez de Pisón, Derecho Natural. Su lectura ha estado llena de nostalgia, aquellos que nacimos con la Transición nos sentiremos muy identificados con gran parte de la infancia y adolescencia del protagonista.