jueves, 21 de septiembre de 2017

REFLEXIONES DE UN PRINCIPIO DE CURSO

¿Por dónde empiezo? Hace tanto que no escribía en este espacio que he tenido que solicitar de nuevo la contraseña a Google para esta cuenta. Éste sería un buen comienzo. Decir que es jueves tarde y que estoy derrotada tras la primera semana de curso (con alumnado) sería ver el vaso medio vacío, así que diré que a mi semana laboral le quedan dos horas, mañana a las 10:15 horas habrá terminado. Sí, podéis decir como mis compañeros, tengo un horario cojonudo  estupendo, y sí, está muy bien, pero no a costa de concentrar la mayor parte de mi jornada en tres días.

Estoy pensando mucho esto de volver al blog o no. Me gusta, porque es un espacio de reencuento con vosotros, y hay gente muy especial por estos lares. Y no es que no tenga sobre qué escribir, sino todo lo contrario, que me planteo escribir sobre tantas cosas, pero luego al final se queda en nada. Sí, estoy en crisis blogueril.

A estas alturas lo de retomar los favoritos casi me parece irrisorio, a los anteriores me refiero. He decidido darlos por perdidos, y eso que me encantaría contaros mi viaje a Toledo-Madrid-Córdoba con mis alumnos en el mes de abril, nuestra escapada a Bélgica y Holanda en semana santa (maravillosa), eventos sociales y familiares varios, la escapada a Cádiz en mayo, el viaje a Marruecos con mis compis del insti (y mi guía favorito), el fin de curso, saraos varios, y el #veranoenelnorte (hastag que le robo a Eva de Itaca buscando a Ulises) tan estupendo que he tenido. Así que aquí lo teneís en modo microrrelato os acabo de dejar los favoritos de los últimos meses, toma ya.

Y es que últimamente ando muy centrada en cuidarme, por dentro y por fuera, leyendo mucho sobre nutrición y poniéndolo en práctica, practicando yoga, intentando o profundizando en la meditación, leyendo mucho y sobre temáticas muy variadas, sobre crecimiento personal, pero no con libros de autoayuda (que no me gustan) sino volviendo a la filosofía, al budismo, a los clásicos. Y en ello estamos. Intentado tomarme con calma lo laboral y disfrutando mucho más del tiempo de ocio.


Aunque soy bastante activa en Instagram y un poco menos en Facebook, ando dándole muchas vueltas también al tema redes sociales, que me tienen un poco saturadillas, y sin pensar en el abandono total (o no al menos en Instagram) si me cuestiono gestionar mejor este tema o incluso cerrar alguna cuenta (en Twitter ya lo hice, porque nunca le pillé el punto).

A veces me pregunto si al otro lado hay a quien le puedan interesar mis pensamientos, los libros que leo, lo que cocino, a dónde voy o mis reflexiones.

Por aquí el verano aún se estira y seguimos disfrutando de sol y un poco de playa, es una sensación agradable, hoy mismo estuve leyendo al sol en la terraza, pero por otra parte tengo muchas ganas de otoño, de sofá y mantita, de paseos al atardecer o al amanecer, de castañas,de boniatos, calabaza, iba a escribir taza de té, pero ahí os mentiría porque en verano no la abandono, jeje. Quizás de lo que tenga ganas sea de recogimiento, es como que últimamente tengo mucha necesidad de tiempo y espacio para mí, de calma, de sosiego, de estar conmigo misma, de reflexionar. Tengo una libreta preciosa (de las ilustradas de Esther Gili) donde voy recogiendo pensamientos, apuntando ideas, incluso pegando imágenes o recuerdos (como antes) en papel, es como mi muro de facebook pero sólo para mí.


Aprovecho para recomendaros algunos libros recientes que me han gustado mucho y que considero pequeñas joyas, son, La resistencia íntima de  Josep Maria Esquirol y Las pequeñas virtudes de Natalia Ginzburg (gracias a Begobolas por la recomendación de este último). El libro de recetas, que también es un compendio de buen hacer en el cuidado de uno mismo, de Elka Mocker, Ama, Come, Vive, Brilla es maravilloso, son platos sencillos pero deliciosos, combinaciones con mucha imaginación y recetas llenas de amor. Si bien es cierto que muchos ingredientes no son los que solemos tener habitualmente en casa (yo sí, en mi laboratorio-cocina) no son difíciles de encontrar en su mayoría, y en muchos casos son sustituibles por otros de uso más cotidiano.



Y ahora me despido, con algunas ideas sobre qué contaros la próxima vez, y deseándoos que tengáis un curso estupendo.