lunes, 23 de marzo de 2015

DIVAGACIONES DE UN #LUNESBUENO

Tengo la blogosfera un poco abandonada últimamente, entre lo de mi padre durante el mes de febrero, el trabajo que se me fue acumulando y el fin de trimestre, mis neuronas no han dado para mucho más. Y en realidad esta entrada no es más que una excusa para pasar a saludaros y divagar un poco.

Lo de #lunesbueno es un decir, pero hay varias cosas buenas, la primera que mañana es martes y la segunda que es el último de este trimestre y que el siguiente estaré de vacaciones, y por supuesto la comida con mi compi Eva que nos ha servido para hablar largo y tendido y hacer algo más que comunicarnos por los pasillos o en ratitos de los recreos.

Le contaba a Eva en esa comida, que llevo un tiempo con la sensación de vivir muy deprisa, y que necesito parar el ritmo. Ella dice que me apunto un bombardeo y tengo mucha vida social, y no le falta razón, pero en estos días me apetece sentarme a estar en calma, leer, coser, ver una peli o tirarme "a la bartola" en el sofá. Pero para alguien como yo resulta muy difícil estar sin hacer nada (qué trabajito me cuesta).

También hoy ha surgido el tema de si quiero quedarme aquí donde vivo para siempre, en principio para siempre es mucho tiempo, pero no sé si quiero quedarme ni siquiera algunos años más. Es un sentiemiento contradictorio y va por días y por rachas. A veces esto me parece el paraíso, y en otras ocasiones (la mayoría) esto se me queda pequeño, yo soy urbanita y necesito estímulos. Y Estepona, a pesar de ser un pueblo de casi 70.000 habitantes es muy pueblo (me matarían muchos esteponeros al leerme). Para muestra un botón: no hay cine, vale que lo tengo a media hora en coche y a quienes vivís en Madrid o Barcelona os dará la risa, pero mi pueblo tiene los mismos habitantes y tiene varias salas de cine estupendas. Hay una libería, y por supuesto si pides algo un poco fuera de lo común tiene que ser por encago. Bueno, se me olvida, también están las novedades editoriales de Carrefour. Y encontrar donde comprar telas que no sean para hacer unas cortinas, unos manteles para un bar o unos visillos es más difícil que encontrar un producto con gluten en Mercadona.

Hoy por ejemplo, al salir de una evaluación por la tarde quise ir a una mercería para empezar en casa un trabajito con las telas tan bonitas que compré en La Retalera, pero ha sido en vano, he ido a dos (de las cuatro que conozco en el pueblo) y estaban cerradas a cal y canto (espero que no pase como con las librerías o con el cine, que haberlos los hubo, pero chaparon...).


En este tiempo he ido a conciertos, como el de la Pili, a exposiciónes de fotos, he leído, cocinado, estamos preparando un flashmob en mi insti (esto también os lo contaré, tal vez incluso con documento audiovisual), hecho alguna manualidad, aprendido a hacer ganchillo (al fin, con tutoriales de internet), viajado, estrenado lolitas,  estoy terminado un cuello-bufanda de punto que parece el sudario de Penélope (ya os contaré por qué).

Os dejo algunas imágenes de alguna que otra tela bonita que espera algún proyecto chulo y de mi primera creación costuril de la que estoy muy orgullosa, no por ser perfecta pero sí por ser la primera, un estuche para el cole para mi sobri.


Feliz fin de #lunesbueno y mejor semana.