lunes, 31 de marzo de 2014

LUNES BUENOS

Puede que el título de este post os sorprenda, ¿es que los lunes tienen algo de bueno? os estaréis preguntando , o no si es tu día de descanso, aunque no es lo más habitual.

Yo soy de las que el domingo por la tarde ya se está quejando de que llega el lunes, y sobre todo este año que por motivos varios me está costando más que nunca y se me hacen cuesta arriba. El otro día en el blog de Itaca leí su iniciativa de los viernes vitales y me gustó. Y no, no es que yo haya pensando inaugurar nueva sección y la vaya a llamar los lunes buenos, es simplemente que me inspiró. Y hoy, que a priori parecía un lunes de esos malos-malísimos, con cambio de hora incluído y yendo a trabajar con menos de cinco horas de sueño, volviendo a casa de pilates he pensado, pues no ha estado tan mal. Y ahora con las endorfinas a tope, ando aquí escribiendo este post y pensando que ha sido un buen lunes, y es que todo depende en gran medida de nuestra actitud, eso que dicen del color del cristal con que lo mires.

De mi casa a pilates y viceversa.

Os dejo aquí mi lista de COSAS BUENAS QUE TIENEN LOS LUNES (y éste en concreto):

- Con el cambio de hora me dio mucha pereza levantarme de noche, pero me encantan las tardes tan largas y con tanta luz.
- El lunes es mi día con mayor carga lectiva (soy profe y tengo el mayor número de clases seguidas de toda la semana), pero en el desayuno de hoy un compañero en celebración de su cumple nos ha llevado tarta de tres chocolates, así que durante el recreo he podido disfrutar de esta GOLLERÍA. (Y así de paso participo en la palabra de la semana de VINIVIDIVINVI).
- He empezado libro nuevo durante la sobremesa, ayer terminé El Cid, de José Luis Corral (magnífico por cierto) y empiezo Leal, el último de la saga Divergente de Verónica Roth (literatura juvenil, es lo que tiene trabajar con adolescentes, y me gusta).
- Los lunes voy a pilates, y me encanta, me pone las pilas y me recarga para continuar el resto de la semana. (Ya os conté lo que me gusta, aquí).
- El paseo de ida y vuelta para ir a clases de pilates, donde disfruto de paisajes como los que veis en la foto mientras escucho mi música favorita en el ipod.
- Si además llego a casa y consigo reservar esa casita rural tan bonita en la Alpujarra para una escapada romántica y de relax con mi costillo el próximo finde, eso ya me da fuerzas para "tirar pa'lante" toda la semana y tener todo corregido y las notas puestas de aquí el viernes, que la semana próxima son las evaluaciones, y aunque esta es de mucho trabajo, el sábado tendré mi recompensa.
- Ah, y el monito de Begobolas  y sus Begocosas viene camino a casa. 

Esta no es la tarta que me he comido, pero era igualita.

Almendros en flor en la Alpujarra.
En fin, sólo pretendo trasladar un poco de optimismo y poner buena cara a los lunes para que dejen de ser un día gris. Últimamente veo en las redes sociales viñetas y frases sobre este tema, pero más que positivos todos aluden a que pase rápido la semana para que llegue el viernes, y se nos olvida que también hay que disfrutar de los cuatro días restantes del resto de la semana.


Se me olvidaba, desde hoy y hasta el miércoles también podemos disfrutar de ir al cine por 2,90 € la entrada, con la fiesta del cine. Otro acicate más para disfrutar de la semana.


No todo ha sido de color de rosa este lunes, pero esa parte me la salto y no os la cuento, y os animo a que me dejéis en vuestros comentarios una lista (o al menos una cosa) de las cosas buenas que tienen los lunes para vosotros, y a que compartamos a través de Instagram nuestra fotos con el hastag #lunesbuenos.

Buenas noches y feliz semana.

jueves, 27 de marzo de 2014

Delicias del valle: Rollitos de acelga rellenos de quinoa.

Estas dos últimas semanas he tenido un poco abandonada la blogosfera, más que por las obligaciones, por los placeres ( pilates, buen tiempo, paseos, playa...). Tengo varias entradas pendientes a las que quiero darle forma, pero no quería dejar pasar esta receta: ROLLITOS DE ACELGA RELLENOS DE QUINOA ROJA. 

La historia es la siguiente, hace dos fines de semana hicimos una escapada a Granada y a la Alpujarra, mitad por placer y mitad por temas laborales de mi costillo. La cuestión es que como también iba a pasar por el Valle de Lecrín (por Dúrcal más concretamente) y recientemente había tenido noticia de Ecovalle, una asociación sin ánimo de lucro que intenta agrupar a los productores y consumidores de alimentos ecológicos del Valle de Lecrín (entre otros objetivos, como contribuir al desarrollo de la zona y revalorizar sus recursos locales), decidí encargarles una de sus ecocestas para trareme a casa fruta y verdura de la zona, como digo muchas veces, fruta y verdura con sabor a fruta y verdura, como debería ser (no como las que nos venden en el súper). Quizás los chicos de Ecovalle merezcan un post aparte, aquí os dejo su página en facebook por si queréis echar un vistazo y para no enrollarme.

Mi Ecocesta.

Cuando llegué a casa organicé pronto los productos y pensé qué hacer con cada uno de ellos. De las acelgas aproveché un montón, ya que sus hojas las preparé con garbanzos (estilo espinacas con garbanzos sevillanas), con sus tallos preparé un rico revuelto con jamón serrano y huevo, y con siete de sus hojas, por su descomunal tamaño tuve la ocurrencia de preparar unos rollitos. No sabía con qué exactamente, la cuestión es que miré qué tenía en casa y se me ocurrió rellenarlos de quinoa roja y otros ingredientes. Fue algo muy improvisado, con lo cual también hecho a ojo, así que no esperéis que mencione peso o cucharaditas. Ahí va la receta. 

Lo primero que hice fue apartar esas hojas tan estupendas que ya había lavado. El paso siguiente fue poner agua a hervir (para cocinar las otras hojas de acelga que haría con garbanzos), y una vez en ebullición fui echando al agua cada una de estas hojas por separado, algo menos de un minuto. Más o menos el tiempo de escaldarlas (como los tomates), así las fui sacando con cuidado y apartándolas bien extendidas en varios paños de cocina que había preparado. Las dejé secar.

Una hoja.
Entre tanto fui preparando el relleno, poniendo agua a hervir para hacer la quinoa roja. Hay que tener cuidado y lavarla bien en un colador antes, ya que es incluso algo más amarga que la blanca, para que vaya soltando ese amargor. Una vez hecho, ponemos un poco de aceite en una sartén o cazo, añadimos la quinoa y meneamos un poco (como si fuera a dorarla), a continuación se agrega el agua. En este caso las medidas fueron un vaso (de los de agua, del tamaño como los vasos donde viene la Nocilla) de quinoa y dos de agua, 15 minutos al fuego sin menear, primero hirviendo y luego bajando un poco la temperatura.

Quizás así el relleno no parezca muy apetitoso, pero el resultado final es estupendo.
En tercer lugar y en otra sartén, añadimos un poco de aceite de oliva (virgen extra, por supuesto), y se sofríe media cebolla grande, cuando está doradita y pochándose agregamos una manzana y una zanahoria rallada (cebolla, manzana y zanahoria también de mi ecocesta), aderezados con un poco de sal y otro tanto de pimienta. Una vez listo, con buen color y todo pochado pero sin deshacerse, añadimos la quinoa roja y removemos para que se mezcle (Obviamente pasados sus 15 minutos al fuego y previamente escurrida).

Así mejor, mmmm.
Finalmente hay que poner el relleno en las hojas e ir haciendo los rollitos, y como colofón final se me ocurrió añadir por encima del relleno y como podéis ver en la fotografía una rodajita de queso, rulo de cabra para ser más exactos. Una vez listos los rollitos los untamos con un poco de aceite utlizando un pincel, los colocamos en una bandeja para horno (yo usé una de hierro fundido) previamente untada con otro poco de aceite. Lo puse entre 10 y 15 mintuos a unos 190 º y pasado este tiempo, listas para servir y a comer.

Recién salidos del horno.
Podéis hacer las modificaciones que queráis a esta receta, cambiar las verduras del relleno, usar quinoa blanca, bulgur o arroz, y si queréis restarle calorías suprimir el queso, aunque le da un toque estupendo. También tener en cuenta que los datos son un poco a ojo de buen cubero, y mi horno por ejemplo es bastante potente, a nada que me descuide se me quema lo que hay dentro.


Espero que os sirva como idea, y si la hacéis ya me contaréis qué tal.

Saludos y buen fin de semana, que ya huele a viernes.

jueves, 13 de marzo de 2014

PILATES Y YO


Trabajar con el cilindro me encanta.

En mi primer post (TODAY 4/1/14 ) mi propósito número cuatro hablaba de mantener los progresos conseguidos en cuanto a hábitos alimenticios y deporte, y uno de mis retos consistía en seguir asistiendo a mis clases de pilates, que por ciertos motivos abandoné (temporalmente) en noviembre. Y aunque me ha llevado un poco más de lo previsto volver a ello, lo cierto es que desde principios de marzo he retomado mis rutinas pilateras, con las que estoy encantada.


El pilates, también llamado en su origen Contrología, debe su origen (y también su nombre) a Joseph Pilates, un chico alemán que desde muy temprana edad y sobre todo en su adolescencia sufrió los complejos de ser bastante enclenque y debilucho, gracias a lo cual buscó el modo de encontrar los ejercicios adecuados para fortalecer su musculatura y corregir su postura, cosa que consiguió mediante el estudio del cuerpo humano y la práctica de muchas disciplinas deportivas (de ahí que el pilates beba de varias de ellas, y tenga algunas similitudes con el yoga, las artes marciales o el culturismo, por ejemplo). Ha sido un método que han empleado y emplean muchos bailarines. De hecho mi profe de pilates ha sido durante mucho tiempo bailarina (apareció en diversos y conocidos programas de tv).

Lo que más me gusta del pilates es que combina cuerpo y mente, porque en los movimientos que llevamos a cabo hay que tener mucho control y matener por tanto la concentración si quieres realizarlos correctamente. A simple vista, parece (y he oído a mucha gente que lo dice) que pilates sea un método que requiere poco esfuerzo y que no requiere mucho movimiento, pero no es así, sino que requiere de movimientos muy controlados y que ponen en marcha gran parte de la musculatura, en muchas ocasiones de la más pronfunda o interior.

Este control y esta concentración consiguen que durante la hora que estoy en clase me olvide de todo y cuando salgo de allí soy otra, y he dejado atrás las preocupaciones o el estrés del día. Si a eso le sumo que el lugar donde lo realizo es un estudio frente al mar desde el cual, sobre todo ahora que llega el buen tiempo, dejando la puerta abierta podemos contemplar el estrecho, es una gozada. Salgo de mi casa caminando y contemplando el mar, al mismo tiempo que voy oyendo música, lo cual, ya de por sí, es un buen comienzo. 

A mí personalmente el pilates me ha ayudado con mis problemas de espalda (escoliosis severa, hiperlordosis lumbar y contracturas varias), a mejorar mi postura, a reforzar la musculatura abdominal, a mantener la concentración, a aguantar mejor el pis (por el tema del trabajo con el suelo pélvico), a respirar mejor, y a ser un poquito más feliz, en definitiva. El ambiente en clase también es muy bueno, poquitas personas (lo que hace que la profe pueda estar pendiente de todos y cada uno de nosotros), buena música, iluminación adecuada y muy buen rollo.

En mi caso es el tercer lugar (o escuela) donde acudo, y el mejor, lo que más me gusta es que las clases son muy variadas, no se repiten siempre los mismos ejercicios y usamos instrumentos de lo más variado (aro mágico, cilindro de goma espuma, pelota grande, pelotas pequeñas para tonificar, cintas, pesas...), eso para pilates suelo, y cuando hago pilates máquina (o reformer) es otro cantar, me gusta muchísimo.

Trabajando con la máquina.

En definitiva os animo a que lo practiquéis, tanto si tenéis problemas de espalda (en este caso muy recomendable) como si no. No hace falta estar en una forma física estupenda, ni tener un cuerpo 10, ni 20 años, lo bueno de esta disciplina es que se adapta al nivel de cada persona, y por supuesto hay grupos de iniciación para aprender a controlar los movimientos básicos (escápulas, pelvis, costillas...) y la respiración.

Con pelota.
Os dejo con un decálogo (otra vez) que encontré por la red hace un tiempo y que tenía por ahí, compartido en mi facebook, sobre LOS BENEFICIOS DEL PILATES (aunque os aclaro que no son sólo 10, que hay muchos más).

1. Ayuda a poner en práctica el AQUÍ Y AHORA: a través de las secuencias de ejercicios, combinados con respiración profunda, el uso de un implemento y sentir como trabaja el cuerpo, es requerimiento básico y absolutamente potenciable el estar concentrada, dejar que la mente se sincronice con el cuerpo y las sensaciones del presente.

2. Un cuerpo más esbelto y tonificado: uno de los grandes aportes del método Pilates al ejercicio físico es que trabaja musculatura profunda, y no solo superficial, de ese modo representa un mayor soporte para órganos y huesos, mejorando la postura corporal. Además es un método integral, utiliza una gran cantidad de músculos que usualmente no se trabajan con otros ejercicios, por lo tanto en un mes de práctica regular (dos o tres veces a la semana) ya sentirás tu cuerpo más tonificado y hasta te sentirás más alta.

3. Dormir plácidamente y sentirte más joven: es uno de los múltiples beneficios de la respiración profunda, ya que ayuda a eliminar toxinas mediante la exhalación y a oxigenar piel, musculatura y órganos (principalmente el cerebro) durante la inhalación, conduciendo a un estado de mayor relajo al momento de descansar.

4. Puede ser practicado por personas de diversa edad y condición física: No es un método riesgoso ni invasivo, de hecho es incluso terapéutico. Puede ser practicado por embarazadas, personas de mayor edad, o con problemas físicos como artritis, artrosis, bursitis, osteoporosis, problemas en las rodillas, sobrepeso, etc. Ya que los ejercicios fortalecen y tonifican la musculatura, permitiendo que no se recarguen las articulaciones, además favorece la oxigenación y la absorción de nutrientes.

5. Conocimiento personal: Cada clase de Pilates puede ser un nuevo descubrimiento de cosas por trabajar y virtudes por potenciar, así es, durante las primeras clases puedes hacer una clara autoevaluación de tu elongación, de tu control corporal, de la fuerza muscular (puede que tus piernas tiriten de fatiga, que sientas que tus brazos no dan más, o que tu abdomen arde en llamas), de este modo lo puedes plantear como un desafío. Con el pasar de las clases y tu trabajo constante puedes sentir claros avances tanto en clases, como en lo cotidiano, comprobando que lo que parecía casi imposible, no lo es.

6. Es utilizado como entrenamiento complementario: Al obtener múltiples beneficios a nivel físico y mental, también es utilizado por deportistas, bailarines, personas que trabajan con técnicas circenses, etc.

7. Control corporal en las actividades cotidianas: Con la práctica constante sentirás tu cuerpo más liviano y en conexión tu mente, que se verá reflejado en un mayor control corporal, agilidad, precisión en los movimientos que realizas cotidianamente.

8. Confianza y Seguridad: Al observar que tu cuerpo está más tonificado, que tus movimientos son más seguros y controlados, que logras cosas que antes no podías también se generan cambios a nivel mental y emocional. No sólo por el hecho de mirarte en un espejo y ver tu cuerpo más esbelto y firme, sino porque te sientes la sincronía entre tu cuerpo, mente y espíritu.

9. Beneficios para el sexo: Te sientes bien contigo, con tu cuerpo y logros. Tienes músculos firmes, más energía, una mejor elongación, esto hará que tus movimientos sean más fluidos y libres, que puedas conectarte mejor con tu cuerpo y el del otro.

10. Aboga por una vida saludable: Al practicar Pilates se hacen más notorias las huellas que una vida sedentaria y hábitos poco saludables dejan en el cuerpo, por ejemplo fumar, comer en exceso o dejar de lado la actividad física, lo que hace que el cuerpo vaya regulando junto con la mente prescindir de esos hábitos para instaurar nuevos hábitos que fomenten el bienestar integral.


Un beso, y feliz fin de semana (que está a la vuelta de la esquina). 

En una hora me voy para pilates.

NOTA: Todas las imágenes utilizadas las he cogido de Internet.

sábado, 8 de marzo de 2014

AÚN QUEDA MUCHO POR HACER...FELIZ DÍA A TODAS LAS MUJERES

Más vale tarde que nunca, no quería dejar pasar este día, el de la mujer, sin hacer una entrada. Es obvio que seguimos viviendo en una sociedad evidentemente patriarcal, también lo es que en muchos aspectos hemos avanzado mucho, pero no es menos cierto que aún nos queda mucho por hacer.

Os dejo con este corto de Isabel Coixet, "La mujer, cosa de hombres" que habla por sí mismo. Tantos siglos asumiendo los roles masculino y femenino no se pueden borrar de un plumazo, y eso está, lamentablemente, íntimamente relacionado con la violencia de género y el maltrato hacia la mujer. Ojalá las cosas sigan cambiando y eduquemos a nuestros maridos, amantes, amigos, hijos, alumnos, compañeros, etc., en la equidad, en el trabajo cooperativo, en el respeto, en el amor.

Como bien dice mi amiga Aurora, es espeluznante y al mismo tiempo esperanzador, porque en algún sentido sí que hemos avanzado bastante.



Este post se lo dedico a todas las mujeres reales y cercanas que son un ejemplo para mí, a las que están, como mi madre, mi hermana, mis primas, mis amigas, mis compañeras, mi doctora, mis enfemeras, la frutera, la conserje, mi profe de pilates... y las que se fueron, esas grandes luchadoras, mis abuelas, mi prima Lidia y mi amiga Luisa.

Un saludo y a disfrutar del fin de semana.

jueves, 6 de marzo de 2014

DESTINO HACIA NINGUNA PARTE

SIN DESTINO - IMRE KERTÉSZ

Nacido en Budapest, Hungría, el autor fue deportado en 1944 a los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald, y aunque la novela "Sin Destino" no es autobiográfica, o no pretende serlo, contiene mucho de la vida o de las experiencias del autor que empezó a escribir este libro en 1975. En él se plasma la ficción como única posibilidad ante una realidad destructora y hostil. 



El protagonista, un niño de 14 años, a pesar de todo encontrará consuelo o felicidad en lo más nimio, en poder tomar una sopa de vegetales deshidratados (que al resto de compañeros horroriza), en hallar un rostro conocido en su deambular por los distintos campos de concentración, en un cambio de estación…

La historia comienza cuando poco después de la promulgación en Hungría de las leyes antijudías, tras el Anschluss (la anexión de Austria por Alemania en marzo de 1938) el padre de nuestro protagonista es deportado a un campo de trabajo, y él ha de asistir a todos los preparativos de dicho evento, cuando el día de la víspera su familia se reúne con él. György asiste a la reunión sin entender muy bien de qué va todo y oyendo los consejos de cuantos le rodean, ya que tras la marcha de su progenitor será él quien deba hacerse cargo de la familia, será el hombre de la casa, y tendrá que cuidar de la mujer de su padre (su madrastra) bajo la protección y el amparo del señor Süto. 

Si en estas circunstancias György no comprende nada, mucho menos lo hará después, cuando va viajando en un autobús que es detenido y junto a otros compañeros y sin ser consciente de qué está pasando será trasladado a un campo de concentración. Es ahí donde empieza, tal vez para el lector la odisea de sufrimiento y calamidades, aunque no así para él que vivirá los acontecimientos de otro modo, y al principio no ve en todo lo que le ocurre más que una mejora de sus condiciones.
 
Comienza su deambular por distintos campos de concentración y nos narra en primera persona cómo va viviendo cada hecho, como cree que va a acceder a un trabajo mejor de manos de los alemanes, que al principio representan para él el orden, la disciplina, el saber hacer, y como poco a poco la realidad más cruel se va mostrando antes sus ojos. 
Como un alter ego del autor pasará por los campos de Auschwitz y Buchenwald, y por alguno más, estableciendo sutiles, y a veces no tanto, diferencias entre unos y otros. 

Todos los detalles que os pueda ofrecer a partir de aquí estarían de más, puesto que para eso ya está el libro o podéis obtener información en distintas páginas webs, pero lo que quiero destacar en esta opinión no es la historia ni desvelaros nada más de la misma. La grandeza del libro, al menos para mí, estriba en la naturalidad con la que el autor, a través de los ojos de György, nos hace ver determinados hechos que son para nosotros monstruosos, espeluznantes, y que son uno de los episodios más crueles de nuestra Historia, al menos Contemporánea. Gente que muere de hambre, maltrato, humillación…pero no serán estos hechos en los que fije su atención nuestro protagonista, que tendrá puestas todas sus intenciones y atenciones simplemente en sobrevivir, en pasar los días. Pero no lo hace de una forma establecida, sino llevado por la inercia de los días, como un día sigue al siguiente, y como por "destino", por "azar" o por "pura suerte" György será un superviviente en las más míseras y penosas condiciones.
 
El libro es sin lugar a dudas una historia de supervivencia ante la más enorme adversidad, y como cuando uno está a punto de ser aniquilado desde todos los puntos de vista (moral, físico…) puede encontrar felicidad (o algo parecido) en lo más sorprendente, en lo más pequeño. Es una muestra de la enorme capacidad del ser humano para sobrevivir a pesar de todo, es sacar fuerzas de flaqueza. Como he oído alguna vez, y como en otras palabras he dejado reflejado en alguna otra opinión, es la infinita capacidad del ser humano, incluso sin ser consciente de ello de salir a flote, en palabras de William James, ""la mayoría de la gente vive - ya sea física, intelectual o moralmente - en un círculo muy restringido de sus posibilidades. Todos nosotros tenemos reservas de vida con las que ni siquiera soñamos".
Destaco del libro la facilidad y sencillez en que nos narra estos acontecimientos de nuestra Historia más reciente, y que tanta literatura y filmografía ha generado, sin caer en tópicos ni estereotipos, sin buscar la lágrima fácil, ni tan siquiera la pena o el enfado en el lector, sino simplemente a través de la encadenación de una serie de acontecimientos, o más bien calamidades, que son contadas sin artificio, con total naturalidad y como si se tratase de algo cotidiano y que estamos acostumbrados a ver o a vivir, cuando realmente no es así.
 
Escrito en una prosa fácil, que huye de artificios o de palabrería, fondo y forma se dan la mano, desde la sencillez de la historia y la del lenguaje.
Recomiendo encarecidamente su lectura, una lectura fácil, amena, tranquila, y que no nos dejará indiferente, nos sorprenderá por momentos y nos hará incluso a veces esbozar una sonrisa ante los pensamientos del protagonista ante las situaciones más desesperanzadoras que podamos imaginar.

Para muestra un botón:

"Existen situaciones en que parece imposible que se puedan agravar o empeorar. Yo mismo, al cabo de tanto esfuerzo, de tanto afán, de tanto empeño, acabé encontrando la paz, la tranquilidad y el alivio. Ciertas cosas, por ejemplo, que antes me habían parecido sumamente importantes, perdieron por completo su significado para mí. Así estando en la fila durante el recuento, si me cansaba y sin mirar si me encontraba en medio de un charco o si había barro, me dejaba caer, me sentaba y me quedaba sentado o acostado hasta que mis vecinos me levantaban a la fuerza. No me molestaban ni el frío, ni la humedad, ni el viento ni la lluvia: simplemente no me llegaban, ni siquiera los sentía. Desapareció hasta el hambre, me seguía llevando a la boca todo lo que encontraba, todo lo que fuera comestible, pero sin prestar atención, como por costumbre y de manera mecánica. Si tenían algún inconveniente, lo más que podían hacer era pegarme, y con eso tampoco me hacían mayor daño, sólo me hacían ganar tiempo, puesto que con el primer golpe me acostaba en el suelo y ya no sentía los otros porque me quedaba dormido".


La obra en España la encontramos en la Editorial Acantilado, editorial que ha traducido al castellano varias de las obras de Kertész, una edición en bolsillo de la que desconozco el precio, ya que lo tomé prestado de la biblioteca. Y por último sólo mencionar, aunque no me parece lo más importante, que el autor recibió el premio Nobel en 2002. 

Total y altamente recomendable.

Nota: ya publiqué esta reseña en Ciao.es con anterioridad, así como en mi blog de clases del instituto.

Besos y buen fin de semana (que ya está aquí).

domingo, 2 de marzo de 2014

DESTAPANDO MI OLLA "ESTRÉS" EN SEMANA BLANCA

Buenos días domingueros (o buenas tardes ya),

Esta última semana para quienes trabajamos como docentes en la provincia de Málaga y para los estudiantes ha sido de vacaciones, la Semana Blanca, que es algo que me encanta de trabajar en esta provincia, más aún cuando este segundo trimestre de este curso es tan largo.

Tenía una entrada pendiente de escribir antes de que esta comenzara, y es que buceando por la blogosfera encontré un post en un blog que hablaba sobre un libro de Victoria Cadarso titulado "Destapa tu olla estrés" y su título así como su temática me resultó atrayente, curioso y que me venía en esos días como anillo al dedo. Desde poco antes de navidad y hasta ahora he venido acumulando una serie de tensiones (por motivos varios) y un estrés tal que estaba a punto de estallar como une olla exprés, sumado a eso o tal vez por eso, ya que muchas veces somatizamos nuestro estado anímico en dolencias corporales, he pasado desde entonces por dos procesos gripales o catarrales que me han dejado k.o., aunque he seguido acudiendo a trabajar. Por las tardes y después del trabajo, normalmente me quedaba en casa, sin ganas de hacer nada, ni salir a caminar, las clases de pilates olvidadas, poca vida social...en fin que el viernes 21 empezaban mis vacaciones y así me encontraba yo...desganada.



Ese primer fin de semana me quedé en casita recuperándome, el lunes me puse las pilas con un montón de trabajo pendiente (correcciones, programación de unidades...) y estuve enfrascada en ello hasta bastante tarde, pero a cambio obtuve ese instante placentero o incluso esa felicidad del deber cumplido. El martes amanecí mucho mejor, recogimos los bártulos en dos maletas y nos marchamos con pocos planes previstos de antemano, y organizando y quedando con amigos sobre la marcha, y ha sido una semanita genial de la que regresamos ayer por la noche para quedar a cenar aquí con otros amigos.

Me ha venido genial, aquí os la dejo instagranizada, y sobre todo y antes de enredarme más o dejo un pequeño decálogo que aparece en el libro señalado para evitar llegar a momentos de sobrecarga como el que os describo:

1. Intenta vivir cada momento y hacer una sola cosa a la vez.

2. Mantén siempre el sentido del humor.

3. Aprende a relajarte durante el día.

4. Trata de dormir bien, manejarás mejor las situaciones negativas.

5. Come sano y evita los excitantes.

6. Practica algún ejercicio.

7. Organízate y planifica tus actividades para dar abasto.

8. Comunícate. Hablar de tus problemas ayuda a descargar tensión.

9. Disfruta de las pequeñas cosas.

10. Vive acorde con tus valores. Dedica tiempo a la gente que aprecias.

En la semana lo mejor de todo ha sido estar con mi familia, especialmente con mis sobris, y madrugar para llevarlas al colegio (que les hace una ilusión tremenda, a su tía también), hacer repostería con ellas, dibujar..., ver a los amigos (a algunos de los cuales llevaba muchos años sin ver), gracias Yola e Irene porque esos momentos me han cargado las pilas para varias semanas por los menos, y a ti Cristina por esa cenita tan estupenda en tu casa. Por lo demás ha habido campo, ciudad, cultura y compras.

Aún en casa:

Aprovechando el sol, almuerzo en el puerto el domingo pasado.
 Paseando por Sevilla: 


Paseando por Sevilla - Plaza del museo.

Sevilla - Las setas, plaza de la Encarnación.



 De la ciudad a la sierra: Ubrique (Cádiz)

Ubrique, la sierra, el aire puro.



Ubrique en Carnaval.
 Volviendo a casa: un día en Jerez de la Frontera (Cádiz): buenas tapas, mejor vino, y sobre todo arte, mucho arte, de todo tipo, más aún en carnaval.

Alcázar.

Catedral de Jerez.

Jerez, el Gallo Azul.
Y algunas compritas aprovechando las vacaciones y los lugares (el queso ubriqueño y la mojama de Barbate me las reservo)

Unos cuadernillos preciosos de La Extravante de libros.


Un lugar que me encanta en La Alameda de Hércules - Sevilla.
Aprovechando para comprar algunas cosillas.
Y un abrigo muy primaveral para poner color a los días de lluvia (de Smash).
Ahora sólo queda disfrutar igual de la semana que comienza mañana aunque no sea de vacaciones, e intentar disfrutar de los pequeños placeres y momentos que nos depara el día a día. De momento mañana vuelvo a pilates. 
Feliz tarde de domingo y mejor semana.