miércoles, 19 de febrero de 2014

¿UN ASESINO DE SEVILLANAS MANERAS?

El asesino de la regañá - Julio Muñoz Gijón.


Desde comienzos de esta semana ando con un trancazo enorme, y entre el moqueo, el dolor de garganta, el mal cuerpo y el dolor de cabeza y que el tiempo no acompaña mucho, me paso las tardes en casa en el sofá o el sillón de relax, bajo la manta y leyendo. Siendo así, ayer pasé algo más de dos horas leyendo este libro, "El asesino de la regañá".

No estaba en mis planes leer, y mucho menos comprar, este libro, pero un día recibí la newsletter de Amazon con su kindle flash, lo vi por 1,89 y me lo compré. Así que ayer que andaba un poco espesa y no estaba para lecturas muy profundas (tras haber terminado "Palmeras en la nieve") decidí hincarle el diente a éste, del que había oído hablar bastante recientemente en las redes sociales y en la blogosfera.

Dicen de este libro que se trata de un thriller de sevillanas maneras, en algunos blogs literarios e incluso en páginas de opinión de algunas librerías (sevillanas por supuesto) se la cataloga como novela negra (algo que a mi juicio me parece exagerado). 

Su autor, Julio Muñoz Gijón, nacido en 1981 es periodista y "escritor" sevillano, y por lo visto bastante conocido en mi tierra (soy sevillana) según se dice, digo por lo visto porque en mi caso es la primera vez que oigo hablar de él, aunque por lo visto tiene otra novela más, "El asesino del palodú" que dicho sea de paso, quien esto escribe no piensa leer. 

Su libro es más bien una novela policíaca en clave de humor, cortita (algo más de 150 páginas) y que se lee en unas dos horitas. Por lo visto este chico escribe en Twitter como @Ranciosevillano (o Sevillano Profundo) y por lo que parece como sus tuits tenían (o tienen) mucho éxito trató de llevar a un libro esa actividad tuitera.

¿De qué trata el libro? 

La historia que nos cuenta transcurre en Sevilla y sus protagonistas son sevillanos, obviamente. 

En Sevilla actual dos tipos de sevillanía (o de sevillanos) se ven enfrentados, por un lado aquellos que defienden un modelo excesivamente  tradicional de la ciudad, es decir, "los rancios",  y por otros los "modernos" que quieren hacer de ella una capital moderna del tipo Madrid o Barcelona y devincularla de los estereotipos de la Sevilla de la Semana Santa, el Rocío, los toros y la feria de abril.

En este ambiente, un sevillano "de los de toda la vida" (de los rancios) decide tomarse la justicia por su mano y erradicar, de forma violenta todo aquello que huela a moderno o a innovador (desde el gazpacho de fresa, las setas, la torre Pelli o las catas de vino bio o ecológico). Se trata de un tipo cofrade que se mueve por los ambientes más castizos de Sevilla, desde el Tremendo al Garlochi, pasando por Blanco Cerrillo.

En este ambiente aparecen personajes como los Morancos, José Manuel Soto, el presidente del Betis, los modistos Victorio y Luchino o el archirancio Antonio Burgos.

El libro comienza con la aparición del cadáver de un chico joven y moderno, un indignado perteneciente al movimiento 15-M, colgado mediante un cíngulo de nazareno a la viga más alta de la Basílica de la Macarena, con la aorta seccionada por un arma triangular, un trozo de regañá de Guijo (tipicamente sevillana).

A partir de ahí, un detective enviado desde Madrid, el inspector Villanueva intentará descifrar la trama de este asesinato y evitar que se produzcan otros, con el agravante de que quedan pocos días para que la ciudad viva su semana grande, es decir, poco antes del Domingo de Ramos.

Después de todo esto que os cuento muchos habréis deducido que no se trata de un novelón que vaya a ganar el premio Planeta o el Cervantes. Pero aparte de esto, se trata de un libro que a mí personalmente no me ha gustado, por muchos motivos. Entre otro porque no se trata de una obra bien escrita a mi parecer, para contarlo en Twitter o en un blog y provocar unas risas está bien, pero hacer una novela con esto no lo veo, yo le habría dado más forma, hay maneras de redactarlo mejor.

Por otra parte en la historia quedan muchos flecos sueltos que no se resuelven al final de la trama, no sé si esto tiene o no que ve con "El crimen del Palodú" que por lo visto fue posterior a este. En cualquier caso hay detalles que yo hubiera dejado atados. A mí me parece que la única pretensión de este libro es provocarnos la risa (cosa que no está mal en los tiempos que corren), pero se me ocurre que Eduardo Mendoza o David Safier también lo consiguen y cuentan historias mucho mejores y por supuesto bien escritas, una cosa y la otra no deberían estar reñidas. 

Y por último, no me gusta que es una novela que trancurre en Sevilla y que es para sevillanos, pero para sevillanos de los rancios a los que se refiere el libro, la verdad. Porque para que nos riamos, para descubrir las gracias y los guiños hay que formar parte o conocer esa Sevilla rancia y apegada a las tradiciones, esos lugares de culto frecuentados por personajes como algunos de los que representan los Morancos en sus parodias (el tío del taco). Francamente representa a una Sevilla con la que yo como sevillana no me siento identificada. Y en un momento en que en Sevilla se están haciendo cosas, desde mi punto de vista, bastante buenas, como la película "El mundo es nuestro" del cabeza y el culebra. 

Yo pensaba que encontraría en sus páginas ironía (pero de la buena) para referirse a esa esterna disputa entre la Sevilla costumbrista apegada a sus tradiciones y la otra Sevilla, la moderna, la intelectual, la que, sin renegar de las traciones (a veces) pero no exagerándolas quiere una ciudad más abierta, más universalista, que se mire menos el ombligo. Sé que habrá sevillanos a quienes no le guste lo que escribo, pero es lo que yo he pensado mientras leía esta novela. 

Lo cierto es que se han vendido muchos ejemplares, supongo que esto está ligado a dos fenómenos, uno al de la propia sevillanía, que siendo una historia que transcurre en esa ciudad e incluso en la cual la misma ciudad es protagonista de la historia habrá mucha gente que incluso nunca haya leído un libro y se haya comprado éste sólo por ese motivo, que transcurre en "la ciudad más bonita del mundo". Y un segundo motivo, que el chico es bastante popular en los ambientes sevillanos y supongo que eso también (siendo además joven y guapo) hace mucho. 

La edición en formato papel cuesta en Amazon algo menos de 15 €, lo cual me parece caro, es una novela bastante corta, pero sobre todo por su calidad. Yo tuve la suerte (¿o no?) de adquirirla por 1,89 en formato kindle. 

Definitivamente no la recomiendo. Hoy hablaba de esta novela con una compañera y me decía que tenía la impresión de que mucha gente se lanza a escribir cometiendo el grave error de no haber leído antes. 





lunes, 17 de febrero de 2014

CRUZANDO PUENTES INVISIBLES

EL PUENTE INVISIBLE - Julie Orringer.

El pasado 2013 fue un año de buenas lecturas en general, y qué mejor colofón que terminarlo con el comienzo de este libro, que terminé ya en enero de este nuevo y que me ha parecido un libro maravilloso que no me canso de recomendar. Por eso no podía dejar pasar la oportunidad de dedicarle una entrada en mi pequeño espacio en la red.

"Andras Lévi, ingeniero y arquitecto formado en París, ha diseñado un puente invisible. Los materiales poseen una ligereza insólita y puede construirse en un abrir y cerrar de ojos. Es indetectable para las fuerzas enemigas." Esta es sólo una frase que aparece a mitad del libro y que para mí resume bastante bien esta historia. Es algo que a priori, tal vez no entederéis, pero si leéis el libro seguro que sí.

La historia que narra Julie Orringer es la historia de sus abuelos, lo hace bajo la forma de una historia preciosa, con unos personajes muy bien definidos, unas descripciones magníficas de unos escenarios que no lo son menos y un manejo del lenguaje que se echa de menos en historias similiares.

Es una historia sobre los judíos asquenazíes antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, transcurre entre Budapest y París, y la trama principal o el hilo conductor es la historia de amor entre Klara y Andras Lévi. Para mí ha sido una historia de 10, un libro redondo. Y me sorprende que sea un libro del que no se ha hablado mucho, o no haya sido un betseller del tipo "El tiempo entre costuras", "Palmeras en la nieve", o los de Ken Follet, aunque para mí éste los supera con creces.

Lo empecé a leer cuando me encontraba de vacaciones en París estas navidades, en un pequeño apartamento del barrio del Marais, concretamente muy cerca de donde habitaba Klara Morgenstern, lo cual también tuvo parte de culpa de que me quedara prendada de esta historia. Si bien he de decir que no es de esas historias que me ha atrapado desde las primeras páginas, sino que ha ido in crescendo a medida que la historia se desarrollaba.

"Andras Lévi llega a París con una beca, una sola maleta, y una misteriosa carta que ha prometido entregar a C. Morgenstern en la rue de Sévigné. Casi sin poderlo remediar, Andras se enamora de la destinataria de la carta, una profesora de ballet de pasado misterioso. Rápidamente, nace un vínculo indestructible entre ellos. Andras sabe que es demasiado joven, que nada le asegura un final feliz, pero la vida ya no tiene sentido sin ello".

Con esta introducción os encontraréis nada más abrir el libro, pero la historia que se narra durante las 736 páginas que componen el libro va mucho más allá de una simple historia de amor. Es una historia de amor con mayúsculas, a la familia, a los amigos, a los compañeros de fatigas.

Andras pertenece a una familia humilde originaria de la pequeña aldea de Konyár en Budapest, y gracias a una beca tendrá la oportunidad de empezar a formarse como arquitecto en París, al mismo tiempo que sus hermanos, Tibor y Mátyás sueñan también con un futuro prometedor y en libertad, aunque las circunstancias, lamentablemente no se lo van a poner fácil.

Andras dejará Budapest y se dirigirá a París con una misión que le ha encomendado Elza Hász, la esposa del director del banco, y que consiste en llevar un paquete a su nieto, que también estudia en París y una carta dirigida a alguien llamado C. Monrgenstern, que en la imaginación del joven Andras es un viejo amante de la señora Hász, sin embargo la destinataria es Clara, una profesora de ballet con un pasado misterioso.

A partir de ahí la historia empieza a cobrar sentido y resultar de lo más interesante. Creo que no adelanto nada si digo que desde el principio ya auguramos una historia triste, pues de la combinación judíos, Segunda Guerra Mundial, Budapest y París no creo que nadie espere otra cosa, pues el contexto histórico no permite dudas, y por supuesto los personajes se verán involucrados en los acontecimientos del período, que cambiarán su vida para siempre. Pero el planteamiento es muy interesante y los entresijos y las relaciones que se tejen entre los distintos personajes nos darán más de una sorpresa. Entre estos personajes están otros judíos que Andras conocerá nada más llegar a la universidad y que tendrán un peso importante en la trama: Polaner, Rosen, Ben Yakov, y otros que aparecerán más tarde como Mendel Horowitz, Ilana, Jozséf o Zoltan Novak.

Me cuesta mucho ser objetiva en mi crítica, cuando algo me apasiona, y este libro lo ha conseguido, me entusiasmo hablando de ello. Como no quiero desvelar la historia y sólo pretendo animar a leerlo a quien se pueda acercar a leerme a este pequeño rincón, os dejo con algunas frases del libro que me han gustado mucho.

"Andras quería creer que alguien observaba con compasión y horror lo que sucedía, alguien que podía cambiar las cosas si así lo deseaba. Quería creer que no todo dependía de los hombres. Pero en el fondo de su corazón sentía la fría certeza de lo contrario. Sí, creía en Dios, pero ahora el mundo era de los hombres. Lo usarían a su modo, vivirían o morirían por sus propios actos". 

"Las cosas que podía controlar eran pocas e insignificantes; era una partícula de vida, una mota de polvo humano, perdida en el límite oriental de Europa. Sabía que llegaría un día, quizás no muy lejano, en que le resultaría difícil seguir los consejos que había dado a József. Se dijo que debía pensar en Klara. Debía pensar en Tamás. Y en sus padres, en Tibor y en Mátyás. Debía fingir que no era algo inútil. Debía engañarse para seguir vivo; debía convertirse en una parte dispuesta a participar en la insidiosa ilusión del amor". 


Yo lo he leído en formato digital, pero también está disponible en formato papel, la edición que conozco es de la editorial Lumen y tiene el aspecto que podeís observar en la imagen.

Este texto es una creación propia de Devoradora de Libros y no está permitida su copia.
Este texto es una creación propia de Devoradora de Libros y no está permitida su copia.

martes, 11 de febrero de 2014

MOMENTO GRINTI

Hoy, como amante del té (y de las infusiones en general) quiero presentaros mi último descubirmiento, se trata de un excelente té verde japonés que he podido disfrutar gracias la genteliza de Valentina (ValeDeOro en la red).

Gyokuro, me encanta su color.

¿Qué es GRINTI?

Desde Mataró (España) y Hamburgo (Alemania), Valentina y Stephanie respectivamente forman la empresa Grinti, especialista en té verde japonés de alta calidad y por supuesto BIO. Desde su página, http://grinti.es/ ofrecen sólo dos variedades: el Sencha y el Gyokuro.

Recibiendo el té.

¿Por qué solo ofrecen dos tipos de té verde?Nos explican que buscan una calidad reconocida y un sabor excepcional. Por lo que solo ofrecen las dos mejores alternativas para disfrutar del té (bien puro o las mezclas que cada uno decidamos hacer).

Me gusta que es una empresa fundada por mujeres y comprometida con una serie de valores, ellas mismas nos cuentan que el hecho de decidirse por el té japonés en lugar del chino, no ha sido solo por su calidad, sino también por su disconformidad con muchos aspectos de la economía china, han creado un tipo de negocio sostenible y dicen en su blog que son accesibles, y doy fe de que lo son, porque contacté con Valentina y enseguida tuvo la amabilidad no sólo de contestarme, sino de ofrecerse a enviarme el producto para probarlo, cosa que hizo rápidamente, desde aquí le vuelvo a dar las gracias, fue un placer no sólo recibir las bolsitas con el té, sino también (o más aún) una tarjeta preciosa escrita de su puño y letra con instrucciones para su preparación.


Os recomiendo que visitéis su página (http://grinti.es/) porque en ella nos cuentan cosas muy interesantes sobre el té, acerca de su cultivo, recetas, formas de degustarlo, virtudes y sobre todo y principalmente nos transmiten una filosofía que en lo personal me gusta mucho y que se podría resumir en "regalar tiempo, momentos en lugar de trastos". 

Tras contactar con Valentina a través de su blog, como he dicho antes, me envió el producto para que lo probara, a los pocos días recibí en casa una bolsita de BIO Premium Sencha de Japón (1/2 l de bienestar), y otra de BIO Premium Gyokuro de Japón (1/2 l de felicidad), cada una con 12 gramos para preparar en total 1 litro de té.


Ahora yendo a lo importante os daré mi opinión sobre tan aprecidado producto.

A ver, antes de nada he de decir que en un principio el precio del té me pareció algo caro, y que no esperaba que la bebida obtenida me sorprendiera como lo ha hecho.

El primero que tuve el placer de probar fue la variedad Sencha, tal como Valentina me explicó en la tarjeta lo preparé con agua a 80 º (dejé enfriar entre 5 y 10 minutos después de hervir el agua) y luego lo dejé 1 minuto de infusión la primera vez y 2 en las siguientes infusiones. (ya que es posible hacer hasta 3 reinfusiones).

Sencha o medio litro de felicidad.
Busqué mi momento para probarlo, sin prisas, lejos de agobios y en una tarde relativamente tranquila. Me gustó apreciar su sabor, que en absoluto era amargo (como yo esperaba, por otros tés verdes que yo había probado, chinos principalmente, sobre todo el famoso té verde chino del león que venden y toman a todas horas en Marruecos). El olor del líquido y su olor ya me advirtieron de que estaba ante un producto de calidad, y su sabor, rico en matices me sorprendió muy agradablemente, me recordó a los buenos vinos, y cada vez que lo volví a infusionar notaba un sabor diferente, caracterizado sobre todo por un toque de frescor al final del mismo.

Luego pasé a probar el Gyokuro, quizás para paladares más experimentados, se trata de un té de sombra cuyas hojas son más delicadas, con lo cual, para su preparación el agua tiene que estar algo más templada que caliente (entre 60 y 70 º) yo lo hice un poco a ojo, dejando reposar el agua durante más tiempo, e infusionando luego durante unos 3 minutos (éste se puede volver a infusionar hasta 4 veces según se indica en el envase). El sabor de este té me pareció algo más dulce, más delicado, más sutil.

Gyokuro o medio litro de felicidad.
Ambos tés en Japón son muy apreciados, lo que hace se consuman muchas variedades de esta bebida tan saludable (rica en antioxidantes por sus polifenoles, diurético, estimulante del sitema nervioso, astringente, reductor de los niveles de colesterol LDL y triglicéridos en sangre...). El más común es el SENCHA, que se consigue exponiendo las hojas directamente al sol y evitando cualquier tipo de molienda, consiguiendo un sabor muy particular, que algunos asocian con el de ciertas verduras de hoja verde. El método para conseguir el té sencha se exportó de China, pero ha sido en Japón donde ha alcanzado mayor éxito.

El GYOKURO tiene un color pálido suave y un excelente sabor, como hemos dicho se bebe poco caliente (tibio)y en su proceso de producción se colocan las hojas en capas para que suban sus niveles de teína y bajen los de catequinas, lográndose una infusión más dulce y sin demasiada astringencia, y como hemos dicho es un té que crece a la sombra.

En ambos casos me ha sorprendido la delicadeza y el poco grosor (la finura) de sus hojas, adjunto foto para que lo veáis.

Las hojas.
En defintiva a mí me ha convencido y mucho. Soy gran amante del té, y tengo en casa muchas variedades, a granel y en bolsitas, rojos, negros, blancos, verdes, rooibos, algunos para momentos con más prisa y otros para disfrutar en momentos de calma y tranquilidad. Y desde ahora estos se van a convertir en uno de mis tés para esos momentos de calma (hoy mismo voy a hacer un pedido, de sencha, que de momento a mí es el que me ha gustado más, iré experimentando con él y más adelante creo que también pediré el Gyokuro).

En el momento de mi toma de contacto con Grinti sólo ofrecían ambos productos en formato de 500 gramos, por el precio de 45 € el sencha y 88 € el gyokuro, me parecieron una cantidad y excesiva y un precio también, aunque luego he echado cuentas y cualquier té que compremos de menor calidad nos sale por ese precio o más (he visto muchos tés verdes que se venden en internet por precios más altos). En cualquier caso, recientemente han comenzado a ofertar en su página estos mismos productos en envases de 100 gramos, con un precio de 12€ para el sencha y 22 € para el gyokuro. También ofrecen el lote completo (medio kilo de cada uno por 125 €, francamente para mí es demasiado para gastar en té, de momento habré de conformarme con las dosis de 100 gramos. aunque si lo pienso cuando compró cápsulas de nespresso para la cafetera rara vez el precio de mi pedido baja de los 40 euros). También tenéis la opción de comprar lo que yo llamo el kit de degustación por 7 €, recibiendo dos bolsitas con 12 gr. de cada variedad.


EN DEFINITIVA Y RESUMIENDO, se trata de un producto que me ha gustado muchísimo, tanto que me voy a hacer con una bolsita de 100 gramos para disfrutar de mis momentos grinti y beneficiarme de sus propiedades. Anoche me tomé la última tacita por la noche, pensé que tal vez alterase mi sueño, pero dormí como un bebé.

De nuevo gracias a Valentina por su gentileza, y a quienes me leéis os animo a probarlos y a visitar su blog. Además de la bebida con estos tés también podemos preparar comidas, postres, helados, aderezar algunos platos, preparar productos de cosmética.

Como ya he dicho en Japón estos tés y otras variedades (como el matcha, el hojicha o el Genmaicha) son muy apreciados, y la forma tanto de prepararlos como de degustarlos u ofrecerlo a nuestros invitados es todo un ritual que a mí particularmente me encanta y me llama la atención a partes iguales. En el libro "Por qué las japonesas no engordan" de Carmen Domingo que tengo conmigo desde hace algún tiempo se cuentan muchas cosas sobre ello y sobre las virtudes de esta bebida bendecida por los dioses. Quizás algún día en una próxima entrada os hable de este libro.


Saludos y buena semana.

martes, 4 de febrero de 2014

En memoria...Día Mundial contra el cáncer.



Esta breve entrada es simplemente para conmemorar el DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER, hoy 4 de febrero.

Sólo unas palabras como recuerdo a todas esas personas que se fueron de mi lado a causa de esta terrible enfermedad; familiares, amigos y conocidos. A menudo a través de la televisión tenemos el testimonio de famosos que han logrado vencerlo o se nos recuerda a aquellos que no lo consiguieron. Desde aquí yo no quiero olvidar a quienes lucharon con uñas y dientes, pusieron toda la carne en el asador y no lo consiguieron: Rafael (mi abuelo), Luisa (mi amiga), Lidia (mi prima), Antonio (mi compae), Rocío, Dulce, y un sinfín más de nombres propios. También a los famliares que estuvieron a su lado. Mi admiración por todos quienes lograron ganarle la batalla (que también los hay) y todo mi ánimo para los que lo sufren en estos momentos y luchan día a día para conseguirlo.

Yo no soy ninguna autoridad en el tema, sólo he leído bastante sobre el tema, demasiado como para resumirlo en unas líneas, sólo, desde mi osadía, quisiera dejar algunas recomendaciones:

Autoexploración

- Insistir en la importancia de la prevención acudiendo a revisiones periódicas (las mujeres no debemos olvidar cada año nuestra revisión ginecológica, conozco quien a mis años no ha ido jamás a la consulta de un ginecólogo).

- Sin caer en la hipocondría estar alertas ante cualquier cambio extraño que pueda sufrir nuestro cuerpo. Ya sea en los senos, el cambio de un lunar, trastornos digestivos, en la piel...

- Hacer todo lo posible para vivir tranquilos, sin estrés, en calma, dormir bien.

Alimentos contra el cáncer (mis favoritos brocoli y kale)

- Un punto que me parece importantísimo: LA DIETA. Esto no significa vivir continuamente "a régimen" y privarnos de calorías, sino adquirir y mantener unos buenos hábitos alimentcios, a través de la ingesta de fruta y verduras principalmente, jugos, infusiones, reducir las carnes rojas y embutidos, los productos muy grasos, los productos procesados, los azúcares refinados, la bollería industrial. Y sobre todo vigilar más la calidad de los alimentos que ingerimos que la cantidad de los mismos, así como la forma de elaborarlos. Este punto me parece importantísimo, cada día estoy más convencida de que SOMOS LO QUE COMEMOS.

Futas y jugos variados.
- Hacer ejercicio, para ello lo ideal es unir este punto y el anterior. Con ejercicio no hablo de convertirnos en corredores de fondo, formar parte de un equipo de primera división o machacarnos en el gym todos los días. Hablo de movimiento, de no pasar los días sentados de casa al trabajo y viceversa. Caminar, subir escaleras, hacer yoga, practicar pilates, ir andando al trabajo, montar en bicicleta (o usarla como medio de transporte), nadar, en fin, lo que a cada uno le guste, aquello con lo que disfrute, pero movernos, al menos un poco, cada día.

- Evitar hábitos nocivos como el tabaco, el alcohol u otras sustancias perjudiciales.

- Por último, y no menos importante, el MANTENER UNA ACTITUD POSITIVA ANTE LA VIDA. No podemos cambiar lo que nos viene, pero sí podemos modificar nuestra forma de actuar ante aquello que no sucede. Dice un proverbio chino algo así como que "si tus problemas tienen solución por qué afligirte o preocuparte, y si no la tienen, por qué preocuparte". Esa es la actitud, aunque cuesta y no llega de un día para otro, son hábitos que debemos trabajar.

Actitud zen.
Cumplir todos estos puntos no te garantiza estar a salvo, pero al menos sí que podemos estar menos expuestos. Personalmente pienso que es cuestión de suerte, o más bien de mala suerte y que a quien le toca le toca (fijaros si no en la parte más terrible de todas, el cáncer infantil) pero hay factores que contribuyen a ser más propensos a desarrollar esta enfermedad, en la medida en que esté en nuestras manos evitémoslo.

La batalla de los valientes.